Carta de la editora septiembre 2015
Este mes Natural Awakenings cumple ¡¡trece añitos!! También se cumplen trece años desde que conocí a mi maestro espiritual y me adentré en la práctica del yoga. Quienes me han seguido estos años conocen mi pasión por el yoga y que soy una fiel promotora de esta ciencia.
Luego de más de quince años practicando regularmente, con la llegada de un nuevo proyecto que requería gran parte mi tiempo (por no decir ¡todo!), me dejé consumir por el día a día. Sin tiempo ni para respirar, comencé a dejar todas aquellas cosas que me mantenían sana y en balance: yoga, meditación y ejercicios. Poco a poco sin darme cuenta mi vida se convirtió en un caos. Nada fluía como antes que ponía una intención y se manifestaba sin el mayor esfuerzo. Ya no tenía la misma energía, Me sentía drenada física, mental, emocional y esta espiritualmente. Sí, hasta espiritualmente. Aparentemente era una prueba que me tocaba vivir para poder darme cuenta de la importancia de cuidarme a mi misma.
Ya cuando estaba a punto de colapsar, el Universo se encargó de ponerme en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Era hora de retomar mi vida nuevamente. Comencé a trabajar con una coach que se encargó de recordarme todas aquellas reglas básicas que había olvidado en mi corre y corre: la importancia del agradecimiento, la importancia de estar centrado y conectado, la importancia de mantener nuestro tanque de amor lleno, la importancia de estar felices.
Cuando estamos centrados y conectados con lo divino todo fluye. Mis amigos y familia me llamaban la Mujer Maravilla. Muchos me preguntaban cómo hacía todo lo que hacía y lograba mantener una vida balanceada, en paz y feliz. ¿La respuesta? Meditación y yoga.
Este verano decidí que era hora de recargar mi tanque y reconectar. Era hora de darle una visita a mi maestro, quien con su divina energía acelera todo proceso. Comencé a hacer yoga, a meditar, a leer. Tuve que bregar con mi ego mientras me daba cuenta de lo tiesa que estaba, de cómo había perdido mi flexibilidad, cómo aquellas posturas hermosas y fluidas estaban solo en mi recuerdo. Tuve que bregar nuevamente con los monos desatados de mi mente. A principio me frustraba. Usaba cualquier excusa para pararme del mat de yoga o dejar de meditar. Ahí entendí que era hora de practicar la compasión y el amor hacia mi misma, hacia mi cuerpo y hacia mi mente. Y una vez comencé a estar consciente de esto, en cuestión de nada mi cuerpo y mi mente empezaron a responder. También el Universo comenzó a apoyarme nuevamente y todo ha empezado a fluir.
Me llena de emoción poder presentar esta edición. Por años ha sido mi edición favorita porque marca el aniversario de dos momentos importantes de mi vida, el nacimiento de esta revista (mi misión de vida) y el momento que conocí a mi maestro espiritual que me ha guiado para adentrarme en mi práctica de yoga. También porque casualmente se celebra el mes del yoga y puedo aprovechar para crear una edición especial en homenaje a esta práctica que despierte el interés de todos lectores. Doy gracias a la vida por las oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Doy gracias por todos ustedes que nos leen mes tras mes, por nuestros anunciantes que sin ellos esta revista no podría llegar a cambiar tantas vidas. Gracias por su apoyo siempre. Namaste,