Leyes Obligatorias vs. Elección Personal
Los titulares de primera plana sobre investigaciones cuestionables, manipulaciones corporativas, políticos comprados, encubrimientos médicos e informes de denunciantes han dejado a los estadounidenses sintiéndose engañados y escépticos. Según un nuevo estudio del Pew Research Center, el público no confía en la información que se le suministra en temas como las cosechas genéticamente modificadas y ahora, sobre las vacunas obligatorias.
El estado actual de desconfianza en las estadísticas científicas y su impacto en nuestras vidas no augura nada nuevo para los legisladores que intentan llegar a un consenso uniforme y obligatorio para las intervenciones de vacunación. La actual prisa de pasar esta legislación se debe en gran parte a los 169 casos de sarampión reportados entre el 4 de enero y el 17 de abril, que abarcan 20 estados y el Distrito de Columbia, todos por un viajero infectado en el extranjero que luego visitó un parque de atracciones en California.
El sentido común y la investigación independiente en contra argumentan sobre la postura de que privan a las personas de sus derechos morales de conciencia, filosóficos y su facultad de creencias personales para ser sometidos a las vacunas. Pruebas contundentes en un sinnúmero de estudios publicados identifican, además, factores genéticos que pueden causar el desarrollo de efectos adversos a las vacunas.
Sin embargo, “No hay evidencia disponible sobre la efectividad de las vacunas que son controladas por placebo, además nunca se han estudiado los efectos a la salud de vacunas en combinación, ciertamente no las 69 dosis totales de 16 tipos de vacunas dadas a los niños comenzando 12 horas después de haber nacido hasta la edad de 18”, dice Sayer Ji, miembro de la junta del National Health Federation y fundador de GreenMedInfo.com.
“Los riesgos de las vacunas para cualquier persona pueden ir desde cero a 100 por ciento, todo depende de los genes, el microbioma del ADN, el ambiente, la edad y la salud al momento de la vacunación y el tipo y números de las vacunas administradas”, menciona Barbara Loe Fisher, presidenta y cofundadora de la organización sin fines de lucro National Vaccine Information Center, con sede en Vienna, Virginia.
“Las vacunas no son seguras y efectivas para todo el mundo porque no todos somos iguales y no respondemos de la misma manera a los productos farmacéuticos”, dice Fisher. Ella observa que las respuestas a las enfermedades infecciosas y el riesgo de complicaciones también pueden variar dependiendo de factores similares.
Entre las advertencias más prominentes sobre los ingredientes de las vacunas, los médicos preocupados, investigadores y denunciantes médicos citan los peligros de la toxina timerosal, un conservante que contiene mercurio utilizado en algunas vacunas, y los adyuvantes de las vacunas como los geles de aluminio o las sales de aluminio añadidas para provocar una respuesta inmune más fuerte contra el germen que introduce la vacuna a nuestro cuerpo.
Los libros importantes que citan la investigación reveladora son: Thimerosal: Let the Science Speak, por Robert F. Kennedy Jr. y el Dr. Mark Hyman; Vaccines: What CDC Documents and Science Reveal, por la Dra. Sherri Tenpenny; Vaccine Epidemic, por Louise Kuo Habakus; y Science for Sale, por David L. Lewis, Ph.D. Los principales documentales incluyen: Shots in the Dark; Vaccination: The Hidden Truth; Trace Amounts; The Greater Good; y Vaccine Nation.
Bought: The Hidden Story Behind Vaccines, Big Pharma and Your Food fue el resultado de dos años de labor investigativa en el manejo de desastres médicos llevado a cabo por Toni Bark, actualmente médico especializado en medicina integral. En entrevistas a médicos practicantes, investigadores científicos, pasados propagandistas médicos, abogados y otros, Bark demuestra serios conflictos de intereses. Estos incluyen financiamiento de investigación sobre vacunas, contratos entre la industria química y farmacéutica y las agencias gubernamentales reguladoras, propaganda científica patrocinada para silenciar críticas y corrupción a gran escala dentro de la industria multimillonaria de las vacunas. Además, señala los problemas con la Ley Nacional de Lesiones Causadas por Vacunas de 1986, que el Congreso aprobó para dar a los fabricantes de medicamentos, al gobierno y a los médicos, protección contra demandas derivadas de las lesiones causadas por las vacunas en los niños.
“Desde 1988, miles de niños y adultos en los Estados Unidos que han sufrido de inflamación en el cerebro y otras reacciones a vacunas conocidas desde hace tiempo han sido colectivamente compensados con $3 mil millones por lesiones a causa de las vacunas. Existen miles más que no han podido asegurar compensación federal por lo mismo”, informa Fisher.
“Por lo menos 25,000 a 30,000 reacciones a vacunas se reportan anualmente en el Vaccine Adverse Events Reporting System que opera el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos”, dice Tenpenny. “No reportar el problema es algo muy grande. Se estima que menos de un 1 por ciento de todos los eventos adversos de medicamentos y vacunas son reportados.” El VaccineResearchLibrary.com cita 7,200 artículos de revistas y estudios que exponen el daño causado por las vacunas.
“El conocimiento da poder y el discernimiento personal no tiene precio. Los hechos desafían los reclamos de salud de las agencias sanitarias del gobierno y las compañías farmacéuticas de que las vacunas son perfectamente seguras”, dice Ji. “La duda, la desconfianza y el escepticismo público son consecuencias racionales y naturales.”
Para más información, visite el National Vaccine Information Center en nvic.org y la coalición de ciudadanos defensores en NationalHealthFreedom.org.
Las vacunas obligatorias representan la última afrenta a los derechos ciudadanos de autogobierno informado.
Pregunte Antes de Vacunarse
Las vacunas son productos farmacéuticos que conllevan riesgos. El National Vaccine Information Center anima a los padres a estar completamente informados sobre los riesgos potenciales y las complicaciones de las enfermedades de sus niños, y a plantear estas preguntas a uno o más profesionales de la salud de confianza antes de tomar una decisión.
• En estos momentos, ¿mi hijo o yo estamos enfermos?
• Anteriormente, ¿mi hijo o yo hemos tenido una mala reacción a la vacunación?
•¿Mi hijo o yo tenemos un historial familiar o personal de reacciones a la vacuna, trastornos neurológicos, alergias severas o problemas con el sistema inmune?
•¿Conozco la enfermedad y los riesgos de la vacuna para mí y para mi hijo?
•¿Tengo toda la información sobre los efectos secundarios de la vacuna?
• ¿Sé cómo identificar y reportar una reacción a la vacuna?
• ¿Tendré un récord escrito, incluidos el nombre del fabricante de la vacuna y el número de lote, para todas las vacunas?
- ¿Estoy convencido de que tengo el derecho de tomar una decisión informada?
Visite nvic.org para información sobre cómo reconocer los síntomas de las reacciones a las vacunas.
Escrito por Linda Sechrist en ItsAllAboutWe.com.